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Mega Drive: la sucesora de Master System

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Aunque ahora nos cueste entenderlo, hasta hace no tanto los videojuegos eran simplemente “cosas de niños.”. Las primeras videoconsolas, lanzadas en los años 80, se consideraban prácticamente juguetes electrónicos para los más jóvenes, un entretenimiento que ya hacía fruncir el ceño a los padres. Los juegos, todavía bastante inofensivos, trataban de emular en muchas ocasiones a los de las míticas máquinas arcade que se podían encontrar en los recreativos. Aquellas máquinas sí que habían tenido un gran éxito en la época, y poder disfrutar de esos mismos juegos sin salir de casa era todo un reclamo. Sin embargo, el auténtico despegue de las consolas no llegó hasta finales de los 80 y principios de los 90, cuando dos empresas empezaron a tomarse verdaderamente en serio este mercado y entendieron que había un gran nicho que aprovechar no solo entre los jóvenes, sino también a nivel familiar.

Aquellas dos firmas fueron Nintento y SEGA, que durante la época mantuvieron una acérrima confrontación a través del lanzamiento de videoconsolas y juegos exclusivos. Tanto es así que aquello llegó a conocerse en medios especializados como las Console Wars, las guerras de la consola. Las dos empresas intentaron mejorar sus respectivos dispositivos, y llamar la atención del público con juegos diferentes y originales. Esto sirvió para expandir mucho más el espectro de los videojuegos, y por supuesto, para llevar las consolas a un público más generalista. Aquellos aparatos ya no eran cosa solo de jóvenes y niños, sino que ofrecían un entretenimiento muy interesante para todas las edades. Una de las piezas clave de aquellas guerras de consolas fue la Mega Drive, la tercera consola que SEGA lanzó al mercado y que se convirtió, para muchos, en su auténtico emblema. A pesar de tener que luchar contra Nintendo y su SNES, el éxito de esta consola fue la primera gran alegría para SEGA en el sector, y hoy por hoy los jugones más nostálgicos siguen admirando todo lo que Mega Drive trajo consigo.

Los videojuegos antes de Mega Drive

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Cuando Mega Drive fue lanzada en 1988 en Japón y muy poco después en el resto del mundo, los videojuegos ya empezaban a salir de su zona más restringida para convertirse en auténtico entretenimiento popular. Los primeros sistemas de juegos en casa, de firmas como Atari o Nintendo, estaban empezando a despegar de verdad, y las consolas se vendían por millones, especialmente en Japón y Norteamérica. SEGA, otra de las firmas que querían copar el sector, ya presentó un par de consolas previamente. La más importante era la Master System, predecesora de la Mega Drive, que contaba con una buena potencia gráfica y algunos juegos muy interesantes. La idea de SEGA era llevar los grandes juegos de los arcade a las consolas caseras, y con esa intención creó su nuevo sistema de entretenimiento, Mega Drive, que supondría un nuevo salto de calidad y potencia.

Historia de la Mega Drive

La Master System había permitido a SEGA abrirse paso en el mundo de los videojuegos, al menos para sacar la cabeza y demostrar que podía llegar lejos. La empresa, sin embargo, seguía por debajo de Nintendo, indiscutible líder de aquel mercado en prácticamente todo el mundo. Por eso, los ingenieros de la firma entendieron que debían dar un golpe sobre la mesa y lanzar un sistema de entretenimiento que estuviera a la altura y superar todas las expectativas. Se trabajó durante dos años en la creación de la nueva consola, que estaba llamada a suceder a la Master System. Ya no se partía desde cero, porque la antecesora era una máquina con bastante potencia, y el catálogo de juegos ya empezaba a crecer. Había que darle importancia a los juegos, porque como se comprobaría más tarde, son los que venderían más consolas. Pero tampoco había que quedarse corto en cuanto a la potencia de la máquina.

Después de un arduo trabajo, la nueva consola fue anunciada en 1988 en Japón, apareciendo a finales de ese mismo año con el nombre de SEGA Mega Drive. Era una consola de 16 bits, lo  cual  ya suponía un gran salto cualitativo, pero además contaba con dos procesadores, para mayor potencia. Un sistema de audio mejorado y una serie de opciones muy interesantes, como permitir jugar a los cartuchos de Master System con un convertor, dotaron a la consola de un gran impacto en su lanzamiento. Sin embargo, la situación en Japón seguía siendo la misma. SEGA se mantuvo por detrás de Nintendo, y ahora también de NEC, que había lanzado su PC Engine poco después. El éxito comenzó a llegar desde Norteamérica, donde la consola sí que encajó muy bien con los gustos de los usuarios. Aquello retumbó también en Europa y luego en Brasil. El catálogo de juegos que apareció a principios de los 90 dotó a Mega Drive de una baza importantísima frente a Nintendo, y fue su auténtica seña de identidad, como veremos ahora.

Videojuegos de Mega Drive

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Mega Drive ya tenía algunas bazas de títulos importantes gracias a lo que se había lanzado previamente con Master System. Licencias deportivas o de películas solían venderse bastante bien, y aquel sistema estaba llamado a mejorar e impulsar todos esos juegos más allá. Sin embargo, la verdadera bomba apareció ya en 1991, cuando la consola se había asentado después de su lanzamiento. Se trataba de Sonic The Hedgehog, el juego de plataformas en el que controlábamos a un veloz erizo azul en sus aventuras por el mundo. El éxito de Sonic fue inmediato, convirtiéndose en la mascota oficial de SEGA y plantando cara al mismísimo Mario Bros. Sus secuelas se vendieron de maravilla, y los juegos de películas Disney, como Aladdin, también fueron un gran éxito. Otros, como Mortal Kombat o Night Trap, llamaron mucho la atención del público generalista, aunque por razones bien distintas, como la violencia. Los videojuegos se estaban abriendo paso y ya no eran solo cosa de críos.

El final de la consola

La vida de Mega Drive fue larga y bastante exitosa, si tenemos en cuenta los antecedentes y sobre todo, los rivales a los que se enfrentó. El lanzamiento de SNES por parte de Nintendo fue un duro golpe, pero SEGA supo mantenerse en pie y demostró que iba a convertirse en un rival muy fuerte a batir. La llegada de las consolas de quinta generación a mediados de los noventa adelantó el final de Mega Drive, que vi o como en 1994 llegaba SEGA Saturn para sucederla. Sin embargo, la consola se siguió fabricando, tanto por parte de SEGA como por otras empresas licenciadas. Los juegos siguieron apareciendo, e incluso a principios de los 2000 había un nutrido grupo de jugones que seguían disfrutando al máximo de esta consola. Hoy por hoy, después de vender más de 40 millones de consolas, Mega Drive sigue siendo uno de los sistemas favoritos para los más nostálgicos.