A lo largo de toda su historia, el cine ha explotado el mundo de la prostitución en pantalla, de la manera que más ha convenido a cada película o producción. Siempre se dice que lo que se ve en estas películas es simplemente ficción, aunque en muchos casos aboguen por un realismo casi absoluto. De esta forma, los productores, directores y guionistas han podido reflejar una imagen distorsionada del trabajo sexual, a conveniencia de sus propias historias, y por supuesto, sin tener demasiado en cuenta a las mujeres que lo realizaban. Películas como Pretty Woman son un ejemplo perfecto de esto. Una relación de cuento de hadas más que improbable en la que una chica de la calle conoce a un ricachón que la trata como una reina. No hay crítica social, no hay profundidad en la historia, solo la necesidad de utilizar a una prostituta para darle más chicha al guión.

Netflix es sin lugar a dudas uno de los servicios de streaming más populares en la actualidad. De hecho, antes de que llegará el éxito de esta plataforma ya existían otras muy parecidas, pero resulta que ha sido Netflix la primera en atraer a un público mayoritario y ofrecerles las ventajas de ver sus series y películas favoritas cuando y donde quieran, por una cuota ínfima al mes. Otra de las grandes ventajas de Netflix ha sido producción original, que a la manera de HBO, ha generado series importantísimas y muy seguidas, que han logrado incluso alzarse con muchos premios que antes parecían vetados para este tipo de series en streaming. Los tiempos cambian, y Netflix es uno de esos agentes del cambio, mostrando que hay otro tipo de productos comerciales que se pueden consumir.

El catálogo de la plataforma de streaming es absolutamente imponente y cada mes se estrenan nuevas series, películas y documentales, tanto ajenos como de producción propia. Eso permite que siempre haya algo interesante que ver en Netflix, pero también supone en parte un gran agobio para aquellos que tratan de seguirlo todo. Siempre hay alguna serie que se nos puede escapar, por no haber sido tan anunciada o promocionada. Podría haber sido el caso de Don´t f**k with cats, pero el público ha conseguido auparla hasta ser uno de los fenómenos de la temporada. El documental muestra una historia absolutamente real sucedida hace unos años, pero parece tan rocambolesca que muchos incluso se niegan a creer que algo así haya pasado realmente.

Desde su aparición a mediados de los 90, Pokemon ha sido una de las franquicias más populares y exitosas de cuantas han llegado desde Japón. Convertida primero en juego y más tarde en serie de animación, esta franquicia de monstruos de bolsillo ha generado millones de dólares en todos estos años gracias a sus productos, desde peluches a películas animadas. Muchos deseaban tener también la versión en acción real de Pokemon, y con Detective Pikachu, sus plegarias fueron escuchadas… a medias. Porque tal vez esta película no era lo que esperaban los fans de Pokemon, a tenor de lo que se ha podido ver hasta ahora.

Se viene hablando de Detective Pikachu desde hace un par de años, cuando comenzó la preproducción del film. Se dijo que mezclaría acción real con personajes digitales para los Pokemon, evidentemente, y que su tono sería de comedia, pero pocos imaginaban encontrarse algo como lo que se ha podido ver en los trailers. Y es que Detective Pikachu es una verdadera gamberrada donde los Pokemon parecen poner una nota de color y divertimento, pero que no tiene absolutamente nada que ver con las historias que hemos conocido en los juegos o en la serie, convirtiendo el film en una comedia de cine policiaco con un Pikachu irreconocible en su personalidad como protagonista.

A mediados de los años 90, J.K. Rowling acababa de volver a Gran Bretaña después de haber estado trabajando como profesora de inglés en Lisboa. Con una niña pequeña y recién separada de su pareja, la escritora se asentó en Edimburgo para tener cerca a su hermana. Mientras paseaba por las pedregosas y brumosas calles de la ciudad escocesa, la autora fue creando la historia de un joven mago que debe enfrentarse a una terrible amenaza mientras estudia en un colegio mágico.

Así, en un café de la capital escocesa, nació seguramente el mito literario más importante del nuevo siglo, Harry Potter, un chico de gafas redondas, valiente pero también inseguro, capaz de cambiar el mundo para siempre con su magia. Después de haber sido rechazada por muchísimas editoriales, Rowling por fin consiguió publicar su libro, el primero de una saga que finalmente llegó a los siete títulos, y que se la ha convertido en la mujer más rica del Reino Unido gracias a la venta de libros, los derechos para la película y millones de objetos de promoción.